En esa pretensión que me perseguía cuando llegué a París de encontrar los rastros de vida anglosajona en la ciudad, me hice una pequeña lista con todo posible evento que pudiera interesar a un angloparlante expatriado. Descubrí entonces que Francia, además de recibir con los brazos abiertos a los americanos, les ofrece una cuota cultural en su propia lengua.
“How to become Parisian in one hour?” es un monólogo humorístico que poco tiene que ver con cualquier monologuista de tradición norteamericana que hayamos visto en televisión.
El protagonista -Olivier Giraud- no es ni soso ni feo ni tiene problemas con las mujeres. Tampoco podría pasar por un intelectual neoyorquino que mira a Europa con complejo. Giraud es un actor de comedia francés que con asombrosa presencia escénica y enormes dotes de expresión corporal rebate –no conocemos el grado de intencionalidad- un pensamiento extendido: el que los franceses no saben reírse de sí mismos.
La primera fase de su estrategia publicitaria es dar la razón a los visitantes que creen –son la mayoría- que los parisinos abusan a menudo de los malos modos cuando se dirigen al turista: “¿Te encanta París pero crees que sus habitantes son maleducados? ¡Es verdad, lo son!”, anuncia en su espectáculo. La segunda consiste en empujarles a despojarse del comportamiento cívico aprendido: “Tú, en cambio, eres demasiado atento y quieres llegar a ser arrogante”. Así lo/se presenta.
Aún pareciendo ser intencionada, su actitud, políticamente incorrecta, saca los colores a los espectadores sentados en primera fila (con los que de vez en cuando dialoga).
Admite que le costó encontrar un teatro en todo París que le cediese su escenario (en este caso por ser una obra “100% en inglés”). En la actualidad le va tan bien que este año tiene previsto hacerse las Américas.
* Texto: Cristina Álvarez Cañas.
domingo, 31 de enero de 2010
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