sábado, 1 de mayo de 2010

'La silla de Fernando'

La vieja mercería de aquel pueblo de la sierra madrileña se llamaba París, como queriendo significar una pequeñísima mirilla hacia Europa. Es esa una de las primeras secuencias de 'El extraño viaje', un guiño del director al espectador para mostrar lo que la capital de Francia evocaba en aquella España en blanco y negro.

En el auditorio, a oscuras, al tiempo que en pantalla aparecía el luminoso de París junto al gesto pacato de la actriz Mª Luisa Ponte -cuyo personaje es el dueño de la mercería y guardián de la moral y las buenas costumbres en el lugar- se escuchaba también un unánime coro de sonrisas.

La película, de 1964, estaba incluida dentro del ciclo que el pasado mes de noviembre el Instituto Cervantes de París dedicó a Fernando Fernán Gómez. Para una expatriada en la capital de Francia, después de trabajar en una soberbia colección sobre los acontecimientos históricos de los últimos 70 años en España, aquello era como volver a casa.

Lo fue, no sólo en sentido figurado. Allí me encontré a Enrique Camacho, director del centro, con quien Juan Carlos Laviana -director adjunto de 'El Mundo'- había tratado en Madrid para hacer llegar aquellas colecciones a las sedes de todo el mundo.

Durante nuestra charla, se mostró entusiasmado con todo el trabajo. Me contagió. Cuando en un periódico no perteneces a la edición diaria pierdes la perspectiva. Te crecen telarañas y acabas instaurándote en otra realidad, en otro siglo, en otra época.

En noviembre de 2009 se cumplieron dos años del fallecimiento de Fernando Fernán Gómez y aquella muestra reunía otras películas como 'Mi hija Hildegart' (1977) o 'El viaje a ninguna parte' (1986). La retrospectiva se cerraba a través del visionado de 'La silla de Fernando', un documental que David Trueba y Luis Alegre rodaron en 2006.

Durante la entrevista, Fernán Gómez se retrata a sí mismo en un sincero vis-à-vis donde se descubre a un hombre hecho a sí mismo: polifacético, contradictorio, culto y con gran sentido del humor. Una enorme figura de la que todo país le gustaría presumir.

Habla de España, "a la que ama y desconoce" por igual, con cierta distacia. Reconoce que en "aquel momento" apoyó el golpe franquista porque "lo otro le parecía una barbaridad". Su posterior trayectoria ha corroborado una postura vital más allá del lastre de las dos españas, estigma del que, sin embargo, aún hoy no escapa la cultura oficialista.



"Ni ese color de pelo ni esos ojos son de español", en alguna ocasión le recriminaría más de uno en tono de humor.

* Extracto del documental de David Trueba y Luis Alegre 'La silla de Fernando' (2006).

** Texto: Cristina Álvarez Cañas

2 comentarios:

  1. Puedes creer que no he visto la de 'Viaje a ninguna parte'? Jaja, seguro que sí, porque hay taantas que no he visto. Pero a ver si me pongo las pilas que el post me ha dado ganas de verla.

    Un besote

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  2. Pues yo creo que te gustarían las tres -me tragué el ciclo entero- (sobre todo la historia de 'Mi hija Hildegart') :-) Un beso!

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