domingo, 30 de marzo de 2014

Los escombros de París




Al igual que tenemos a Vila Matas como encarnación del testimonio parisino, contamos con Antonio Muñoz Molina como cronista al otro lado del Atlántico. La exposición en el Metropolitan Museum sobre el fotógrafo Charles Merville y sus instantáneas en el París en ruinas del barón Haussmann han plasmado otro nuevo intercambio cultural y periodístico entre las dos ciudades:

"París tenía que ser parcialmente derruida para ser inventada, para convertirse de manera definitiva en París. La gran ciudad que nos parece ahora el fetiche máximo de una monumentalidad urbana tan sagrada que no admite la menor modificación resulta haber nacido de un empeño renovador y destructivo que ahora sería visto como un sacrilegio, un acto de barbarie que ningún Gobierno no despótico se podría permitir. A los que llegamos de países en los que da la impresión que todo está siempre a medio hacer y que nada es muy sólido y nada dura, y todo va saliendo siempre como manga por hombro, París nos abruma con la solemnidad de lo definitivo, de lo casi opresivamente invariable. No solo los edificios oficiales y los grandes teatros y los cafés han estado allí desde siempre: hasta los camareros tienen un severo aplomo de dignatarios, de funcionarios de por vida. Cuando veo uno de esos lycées de París, con sus sillares y dinteles imponentes, sus banderas tricolores y sus letreros de Republique française, y cuando los comparo con los escuálidos institutos españoles de secundaria, me da una melancolía rencorosa de ilustrado español".

'Los escombros de París' - Antonio Muñoz Molina en El País.


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